10 Nov DIGITALIZACIÓN Y ACTUALIZACIÓN DE NUESTRO ESCUDO
Os presentamos la nueva imagen de nuestro escudo y que será la utilizada por nuestra Hermandad a partir de ahora en todas nuestras comunicaciones, perfiles de redes sociales, publicaciones, etc.
Con el fin de garantizar el cumplimiento fiel de nuestros Estatutos, en el tema relacionado a la representación de nuestro escudo corporativo, hemos encargado la digitalización y actualización de nuestra imagen al diseñador Manu Vaquerizo. Este esfuerzo se realiza con el propósito de elevar la calidad de la misma, definir todos los elementos ornamentales y asegurar que cumpla con los estándares exigidos para sus diversas aplicaciones y usos.
Según indican nuestros Estatutos, el escudo de la Hermandad es de forma ovoide, estando ribeteado con orla dorada; sobre campo azul marino, estando representados los siguientes motivos de nuestra Hermandad:
– En la parte superior se encuentra la Custodia de color dorado, las ráfagas y blanco el centro, que simboliza la Sagrada Forma, con la inscripción sobreimpresa de las siglas “JHS” (Jesús Hombre Salvador), entre los símbolos eucarísticos del trigo y las uvas en colores dorado y verde, respectivamente, pregonando el carácter sacramental de esta Hermandad y Cofradía.
– En la parte central se encuentra una estrella, de 16 puntas, en color dorado, sobre cartela del mismo color, coronada por el símbolo del Ave María, en el mismo color. Como símbolo de la advocación de María Santísima en esta Hermandad y Cofradía.
– En la parte inferior izquierda se encuentra una cartela orlada de color dorado, sobre campo rojo púrpura y con los símbolos pasionales del látigo, corona de espinas y caña entrelazadas. Como símbolo de la flagelación de nuestro Señor Jesucristo, representada en esta Hermandad con la advocación del Santísimo Ecce-Homo.
– En la parte inferior derecha, una cartela orlada de color dorado, sobre campo malva y con la representación de un gallo. Como símbolo del pasaje evangélico de las Negaciones y Lágrimas de San Pedro, que tal como dice el Evangelio según San Mateo, cap. 26, versículos 57 al 68, se desarrolla antes durante y después del momento en que Nuestro Señor Jesucristo es llevado a presencia de Caifás.